El sector hotelero es una de esas actividades donde el mantenimiento de sus instalaciones es algo crítico. No se debe dejar nada al azar y el mantenimiento preventivo y predictivo se vuelven vitales. Cuando algo falla, debe repararse en el menor tiempo posible; tratando de no generar malestar entre los huéspedes del hotel o aquellos que disfrutan de otros de sus servicios, como congresos, celebraciones familiares o diversos eventos.
Por tanto, actuar de forma anticipada es crucial ya que los tiempos de reparación pueden ser largos. Si hay que sustituir piezas, que con toda probabilidad hay que pedir a los fabricantes y que no suelen estar en stock, la solución al problema se demora.
Además no es viable duplicar ciertos aparatos claves, tanto por coste, como por dimensiones, así que, como casi siempre en la vida, más vale prevenir.