Se consideran instalaciones interiores de gas aquellas que son parte integrante del edificio colectivo o casa y que son abastecidas desde una red -gas de red- o de envases a presión -cilindros- incluido los medidores de gas.
Las instalaciones de gas deben ser ejecutadas correctamente y según la normativa en vigor; debe cuidarse los materiales empleados y sus uniones.
Debe tenerse en cuenta que un escape de gas es muy peligroso, puede acarrear desgracias por pérdidas de vidas humanas, destrucción del edificio y hasta de las construcciones linderas.
Una instalación receptora puede suministrar a varios edificios, siempre y cuando estos estén ubicados en terrenos de una misma propiedad.
En el caso más general, una instalación receptora se compone de: la acometida interior, la o las instalaciones comunes y las instalaciones individuales de cada usuario.
Es recomendable hacer regularmente una limpieza adecuada de la instalación, situar y mantener óptimos los puntos de ventilación suficientes o, si se va a producir una ausencia prolongada de la vivienda, cerrar la llave general de paso del gas, entre otras acciones. La mejor manera de proteger la vivienda de posibles fugas de gas es consultar a una empresa especializada y autorizada.